El Catafracto

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domingo, 20 de marzo de 2011

Unitarios y Federales: ¿Quienes fueron y que querían?

LA NACIÓN QUE PUDO SER Y NO FUE




Cuando fuimos al colegio, a los argentinos se nos explica una historia muy light o por lo menos sin tanto trasfondo como debería ser. El mayor pecado es la superficialidad con la que se explica la historia; amen de que por ello, la misma pueda ser más facilmente manipulable.

Tuve la suerte de cursar estudios en colegio privado y ni siquiera en dichos institutos se enseña la historia Argentina como debería enseñarse (ni quiero imaginar lo que debe ser un colegio publico). Si bien la historia de nuestro país es muy reciente, su jovialidad no implica que está haya estado exenta de luchas sangrientas y conflictos externos e internos.

Cuando se le pregunta a un adolescente o incluso a gente mayor quienes eran o que postura tenían los unitarios o los federales, el silencio o las incongruencias están a la orden. La culpa es de este régimen educacional que esta destinado a mantener oculta cierta información o simplemente manipularla, ya que la historia es fácilmente maleable.

Gracias a Dios existen los historiadores revisionistas, que reformulan la visión de la historia, oponiéndose a la historia oficial, la “políticamente correcta”. El más importante fue el señor José María Rosa, el cual nos ha legado varias obras de un importante valor cultural.Sin más prologo, les invito a leer un pequeño ensayo que escribió José Maria Rosa sobre los Unitarios y Federales. 


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       A unitarios y federales no los separó una polémica teórica por centralismo o descentralismo. Fue una división profunda: dos concepciones antagónicas de la realidad argentina, dos maneras opuestas de sentir la patria. 

El Gaucho: exponente fiel de nuestra tierra al cual 
Sarmiento despreciaba profundamente


       Civilización y Barbarie, dice Sarmiento errónea pero elocuentemente.  Los “civilizados” admiraban e imitaban a Europa y servían sus propósitos dominadores; los “bárbaros” descreían de las intenciones de los europeos y defendían obstinadamente a la Argentina.  La patria de los unitarios no estuvo en la tierra, ni en la historia, ni en los hombres; era la Libertad, la Humanidad, la Constitución, la Civilización: valores universales. Libertad para pocos, humanidad que no se extendía a los enemigos, constitución destinada a no regir nunca, civilización foránea La patria compatible con el dominio extranjero que encontramos en todas las colonias.



 Gaucho federal con su atuendo 
rojo punzó


Federal en el habla del pueblo, equivalía a argentino.  El grito ¡Viva la Santa Federación! significaba vivar a la Confederación Argentina. La patria era la tierra, los hombres que en ella habitaban, su pasado y su futuro: un sentimiento que no se razonaba, pero por el cual se vivía y se moría.  Defender la patria de las apetencias extranjeras era defenderse a sí mismo y a los suyos: conseguir y mantener un bienestar del que están despojados los pueblos sometidos.

Comprender es amar; incomprender es odiar.  Unitarios y federales separados tan profundamente formaron dos Argentinas opuestas y enemigas.  De allí el drama argentino. Una minoría por el número, pero capacitada por su posición económica y social – una oligarquía en términos políticos – formó el partido unitario.  La mayoría popular, el federal.  No hubo, en este último, “clase dirigente” que pudiera tomar los destinos de la patria.  Faltaba el ingrediente primario; el patriotismo, para construir la Gran Nación por los unitarios.  Faltaba la capacidad técnica para formar un elenco, a los federales.

      Pero desde 1835 la Confederación Argentina toma aspecto y conciencia de Nación.  Las Provincias Unidas de 1816 o la República de Rivadavia en 1826 había sido un caos de guerras internas, ensayos constitucionales, fracasos exteriores, sometimiento económico, pobreza interior, que llevaron a la disgregación de la patria de 1810.  


Rosas, el restaurador.
El unico con coraje para luchar contra la 
dominación extranjera y los traidores internos



      En 1831 las trece provincias que agrupa Rosas en el pacto Federal dejan el instrumento de la nacionalidad; desde 1835, la férrea mano del Restaurador construye la nación, paso a paso, lentamente, llevándose por delante los intereses internos y los apetitos exteriores.

Obra personal, es cierto, porque sólo había un Gran Pueblo y un Gran Jefe, y se carecía de un conjunto de hombres capaces, consagrados y plenamente identificados con su patria para formar un equipo homogéneo.  La verdad es que la poderosa personalidad del Restaurador y su enorme capacidad de trabajo eran toda la “administración” en la Argentina de 1835 a 1852.

Un gran pueblo y un gran jefe no bastan para consolidar una gran política.  Pero Rosas no podía sacar de la nada una clase dirigente con sentido patriótico.  Por eso fue derrotado.


 Bandera de la Federación


     Por la Confederación Argentina, por el pueblo federal, por el sistema americano, jugó Rosas su fama, fortuna y honra, aún sabiendo que habría de perderlas.  Las perdió, como necesariamente tenía que ocurrir.  
 “Creo haber llenado mi deber – escribió la tarde de Caseros con absoluta tranquilidad de conciencia –, si más no hemos hecho en el sostén sagrado de nuestra independencia, es que más no hemos podido”. 

    La Argentina no pudo cumplir su destino en 1852.  Y no lo podrá mientras no eduque una clase directora con conciencia de su posición.  Los hombres providenciales serán relámpagos en su noche.



15 comentarios:

  1. muchas gracias muy bueno me sive... gracias de antemano

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  2. Las escuelas publicas, por el simple hecho de ser publicas, no significa que se enseñe menos, o que la educación sea de mala calidad, a mi tambien se me enseñó una historia superficial en la secundaria, y ahora en la facultad veo que nada en la historia es simple y sin ausencia de violencia, hay muchas cosas que los manuales de las escuelas no muestran, hay muchas cosas que quedan ocultas.. ahora conozco mucho más, y por suerte, voy a una universidad publica! Hay que defender la Educacion Publica! me parece que fuiste muy prejuicioso al comienzo de tu texto.. gracias :) Marilina.

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    1. totalmente de acuerdo, la escuela publica hay que defenderla y hay que tratar de que sea de la mejor calidad posible, yo voy a una con muy buen nivel y también hay que leer porque no todo se aprende en la esc tambien hay que ponerse uno.

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  3. Tal vez pudo sonar prejuicioso, lo admito. Lamentablemente la educación pública ya no es lo que fue antaño. La culpa no es de los maestros ni su formación; el problema esta en la politización del sistema educativo, donde los chicos cada vez van menos a clases y por ende aprenden menos. Por supuesto defiendo la educación pública y ojala sea de la mejor calidad posible. Gracias por comentar.

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  4. mmmm creo q solo pusiste los federales .. en que parte estan los unitarios y las diferencias entre ellos jeje sorry pero no lograste solucionar mi drama XD

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  5. hola necesito ayuda para el cole se trata de los unitarios estas son las preguntas:¿quienes eran los unitarios?

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  6. que la escuelas publicas no significa ke enseñen menos al contrario enseña la misma cantidad que las "privadas".....

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  7. en ke parte estan los federales????? igual no me sirvio jajajjaa

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  8. amigo yo te explico yo voy a una escuela publica y es horrible pero vale la pena por una chica

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  9. jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja(Risa extrema)

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  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  11. quien era Juan Manuel de Rosas

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