El Catafracto

El Catafracto

jueves, 17 de marzo de 2011

La violencia y frustracion, otra forma de dominación

       


        Una violencia sin precedentes pulula como un cáncer en la sociedad. Ni siquiera podemos postular que la balanza se inclina hacia los sectores menos favorecidos. Como una metástasis incontrolable, la violencia corroe lentamente todo vestigio de buena voluntad, educación y cordura entre los hombres. El pronunciado conflicto de valores éticos y morales hace hábitat natural también en las clases más pudientes. La indigencia cultural y educacional es caldo de cultivo en todas las clases sociales. Violencia es ser mal hablado. Mayorías de sujetos altisonantes y pedantes; van lanzando como dagas punzantes, la pústula vanagloria y soberbia de su propia mediocridad.

        Se ve a diario en las calles, la mala educación y la prepotencia de cualquier transeúnte. Es observar el tráfico en cualquiera de nuestras calles y poder concebir que el problema es netamente educacional. La violencia se vive a diario y se respira a cada momento.
  


La falta de respeto en el transito es causa habitual de violencia
y hasta de asesinatos en la ciudad. 


      Ni las cúpulas gubernamentales que “deberían dar el ejemplo”; son la antitesis de toda ejemplaridad. Portadores del ajenjo verbal y verdaderos heraldos de la soberbia, este gobierno (el argentino), sabe hacer de la conciliación y la buena voluntad, una utopía tan inalcanzable como una luminaria celestial.




Dos payasos ejemplificadores de este gobierno que brega 
por la educación y el respeto.

        ¿Qué nos pasa? ¿Por qué se vive así? Estos son algunos de los interrogantes que muchas veces algunos se preguntaran ante tanta locura. La respuesta no es tan difícil de decir o de predecir. En un país con altas tasas de desempleo y con niveles altísimos de inflación, es natural, hasta casi coherente pensar que las pulsaciones estén a mil por hora; generando inevitables raptos de locura y violencia. Sin ánimo de justificar ningún tipo acción irracional, la situación casi caótica de vivir constantemente al borde de la cornisa, genera que la hostilidad se respire a diario en cualquier lugar.

          Hay gente que trabaja, con familia, etc y sin embargo siguen siendo irascibles. El problema  principal sin duda alguna es cultural. Sin educación y cultura no podemos esperar una sociedad bien constituida y si encima no tiene valores de unidad y progreso en pos de la pluralidad de una nación, la cosa es aun más grave. En este país donde los cipayos siguen al pie de la letra todos los lineamientos de este sistema internacionalista, globalizador y “ajeno al bienestar de nuestra sociedad”, estos comportamientos son totalmente óptimos a la hora de evaluar ciertas políticas que son propicias a su agenda.

         Desestabilización es la llave, y eso ellos lo saben muy bien. Una sociedad enferma es más manipulable y su control es más eficaz. Pero las complejidades son mucho más profundas que a simple vista. No pasa solo por las condiciones socioeconómicas reinantes; el problema tiene profundas connotaciones espirituales.

         Condicionados en una sociedad materialista donde el éxito reside en poseer más y sobresalir por sobre los demás, todas las mentes están sujetas a esos parámetros. El no poseer genera esas frustraciones, odios y resentimientos, y esto es mucho mas marcado aun en las clases mas desfavorecidas.
         




         Las clases medias y altas caen en toda la vorágine de basura a la que nos tienen acostumbrados: el cine, el teatro, revistas, libros y demás basura sin contenido y que de forma tendenciosa nos siembran excremento y vacio en la cabeza. Todas estas cosas mas la atmósfera totalmente nihilista, ha creado gente desesperanzada y vacua, esqueléticas de valores y fe.
Y si nos quitan la fe y la esperanza, la situación amigos, francamente es muy difícil…



Juegos que promueven violencia y toda la
decadencia de su moda y estilo de vida 


 Revistas repletas de sexo y chabacanerias
que se ven en cualquier kiosko de revistas a 
la vista de todos


Por eso es bueno conocer y observar como maniobran estas minorías para no caer en sus trampas. Analicen y vean lo que pasa a su alrededor y no crean todo lo que ven u oyen. Piensen, razonen y estudien.



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