Como bien sabemos, lamentablemente la inseguridad esta latente a cada hora en cada esquina de nuestra ciudad. Por eso mismo y gracias a la “comprensión e hidalguía” de nuestra benemérita presidenta y su “brillante” equipo de gobierno que lucha tenazmente por los “derechos humanos”, les dejo algunos tips para que logremos entre todos la sociedad “mas justa” que tanto deseamos.
En caso de que sufran de la sensación de inseguridad, éste es el decálogo de la víctima;
1. Comprensión: La víctima debe comprender que el victimario está amparado por los Derechos Humanos y que si delinque es por ausencia de discernimiento y por traumas derivados de la marginalidad a que lo sometió la injusta sociedad que lo abandonó.
2. Ausencia de prejuicio: La víctima debe, en todo momento, juzgar al victimario como un hermanito menor; juguetón enfermo y urgido de rehabilitarse, o como un desempleado en búsqueda de sustento familiar.
3. No violencia: Enfrentado al victimario, la víctima debe asumir la no-violencia, porque la defensa propia, la de la familia y la de su propiedad son resabios del autoritarismo.
4. Discreción: La víctima debe abstenerse de presentar denuncia para no alterar la cifra estadística, según la cual, la ola delictiva está en declinación.
5. No comprometer: La víctima debe evitarle a los agentes de la ley el compromiso de arrestar al victimario, impidiendo así que sean dados de baja por apremios ilegítimos en contra de una víctima de la sociedad y de las circunstancias que lo llevaron a delinquir,
6. Gratitud: La víctima debe sentir y expresar perpetua gratitud hacia el victimario que le permite seguir con vida, pues sólo le ha robado, apuñalado, violado o aterrorizado a toda su familia.
7. No demandar: El asaltado debe renunciar a importunar al victimario interponiendo acciones legales que sólo suponen pérdida de tiempo, honorarios de abogados y malestar en los allegados al victimario, que pueda hacerlos considerar la posibilidad de represalias.
8. Correcta evaluación: La víctima debe evaluar al victimario como un componente necesario de la sociedad, equivalente a: narcotraficantes, proxenetas, políticos corruptos, etc.
9. Silencio: La víctima debe guardar silencio para evitar alarma pública que pudiera dañar la imagen del Poder Ejecutivo.
10. Apoyo y aliento: La víctima tiene el deber irrenunciable de apoyar el mejoramiento de las condiciones de vida del victimario asaltante y sus cómplices que pudieran desafortunadamente estar en la cárcel, y aplaudir las decisiones gubernamentales de dejarlos en libertad cuanto antes, evitándoles así injustos padecimientos.
2. Ausencia de prejuicio: La víctima debe, en todo momento, juzgar al victimario como un hermanito menor; juguetón enfermo y urgido de rehabilitarse, o como un desempleado en búsqueda de sustento familiar.
3. No violencia: Enfrentado al victimario, la víctima debe asumir la no-violencia, porque la defensa propia, la de la familia y la de su propiedad son resabios del autoritarismo.
4. Discreción: La víctima debe abstenerse de presentar denuncia para no alterar la cifra estadística, según la cual, la ola delictiva está en declinación.
5. No comprometer: La víctima debe evitarle a los agentes de la ley el compromiso de arrestar al victimario, impidiendo así que sean dados de baja por apremios ilegítimos en contra de una víctima de la sociedad y de las circunstancias que lo llevaron a delinquir,
6. Gratitud: La víctima debe sentir y expresar perpetua gratitud hacia el victimario que le permite seguir con vida, pues sólo le ha robado, apuñalado, violado o aterrorizado a toda su familia.
7. No demandar: El asaltado debe renunciar a importunar al victimario interponiendo acciones legales que sólo suponen pérdida de tiempo, honorarios de abogados y malestar en los allegados al victimario, que pueda hacerlos considerar la posibilidad de represalias.
8. Correcta evaluación: La víctima debe evaluar al victimario como un componente necesario de la sociedad, equivalente a: narcotraficantes, proxenetas, políticos corruptos, etc.
9. Silencio: La víctima debe guardar silencio para evitar alarma pública que pudiera dañar la imagen del Poder Ejecutivo.
10. Apoyo y aliento: La víctima tiene el deber irrenunciable de apoyar el mejoramiento de las condiciones de vida del victimario asaltante y sus cómplices que pudieran desafortunadamente estar en la cárcel, y aplaudir las decisiones gubernamentales de dejarlos en libertad cuanto antes, evitándoles así injustos padecimientos.
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