El Catafracto

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domingo, 1 de mayo de 2011

La Universidad convertida en empresa


“La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.”
                                                                                                       Thomas Carlyle



El sistema educacional de las universidades y como están orientadas hacia la productividad del mercado

En el consejo social de la Universidad Autónoma de Barcelona, estaba hasta hace un tiempo, el señor Joan Oliu, máximo dueño del Banco de Sabadell, uno de los banqueros más importantes. Su teoría era que toda institución tiene sus costes y debe aspirar a un rendimiento. No hablaba de educación, sino de “rendimiento”.


¿La Universidad convertida en empresa?

En Estados Unidos hace tiempo que esto ocurre así. Y para evitar dudas, el presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Europeas, José M. Bricall (quién fue rector de la Universidad de Barcelona desde 1986 hasta 1994), declara que la Universidad debe convertirse en un holding, una empresa orientada al mercado.

Sobre esto, cabe añadir que las escuelas privadas ya actúan para atraer clientes de forma similar a una empresa que prepara para un buen trabajo. Nunca se verán anuncios de colegios privados indicando que quién allí vaya, saldrá con una correcta educación personal, una buena educación física o con un dominio de la cultura básica. No; lo que se ofrece es una total preparación en herramientas idóneas para el mercado (idiomas, informática, economía, etc). Y atraídos por ese mercado, ahí van los hijos de quienes pueden pagarlo.

En una palabra, se ha eliminado de forma intencionada toda educación que tenga como objetivo la persona, para ir una mera educación mercantil utilista. Eso da como resultado una competitividad mayor en el mercado del trabajo, más rendimiento y menos coste, a cambio de un derrumbe masivo de la persona, pérdida del sentido cultural, ético y de valía humana.

Temas como la educación física han quedado destruidos hasta la raíz. Fomentar el espíritu comunitario o el amor a la naturaleza ya ni se plantean, y si se da alguna formación moral, es absolutamente sesgada y sectaria.

En Estados Unidos la educación ya se ha convertido hace años en un absoluto negocio, en una empresa más, sin ningún sentido de educación nacional ni de esfuerzo estatal por educar a la juventud. La verdadera educación está en manos de empresas educacionales de pago, de diverso nivel (de precio y calidad), donde se trabaja en base al rendimiento como norma.




Los bancos dan créditos para que puedas estudiar (pues el coste de una carrera es enorme en los centros de más prestigio), y después devuelves ese dinero cuando trabajas. Educarse se convierte en un negocio, y la escuela en una empresa.
Es muy probable que la degradación de la educación pública alcance el nivel absoluto en los próximos años.

Lamentablemente, la igualdad de oportunidades no es la misma para todos. Todos deben poder acceder a la mejor educación, si lo merecen y lo ganan con su capacidad y esfuerzo. Ni todos tontos ni solo educación de calidad para los ricos que la paguen.


La mafia de los psico-educadores
“Siempre hay sanguijuelas que se aprovechan de la estupidez humana”

Mediante el sistema de control, denominado “psicología educativa”, el sistema aplica la estupidez igualitaria, impidiendo que el sentido común se imponga sobre la ley insensata.

Los temas de educación y disciplina quedan en manos de los comités psicopedagógicos que imponen ideas utópicas de forma que aquello que con sentido común se arreglaría, con sus teorías de laboratorio, se complica hasta el infinito.
La solución que esa gente da, siempre se basa en este fundamento:
-          Rebajar el nivel para que nadie se sienta discriminado

Para el sistema, valorar las diferencias significa que aquellos chicos con problemas de inteligencia, voluntad y conducta, deben ser valorados de forma más positiva, de manera que alcancen el grado de aprobación que los demás.

Lo más jocoso, es que esto sólo se logra hasta que acaban la educación básica, para luego lanzarlos al mercado, que los tratara a todos, no según su capacidad ni su igualdad teórica, sino según su dinero.



La cultura clásica como enemiga del sistema

El contenido utilista de la educación aumenta mes a mes, plan tras plan, mientras hacen desaparecer todo aquello que tiene un contenido humanista, que recuerde a la identidad cultural, su esencia humana, etc.

El progresivo desprecio por lo que el progresismo llama “canon occidental”, está llegando a proporciones inauditas. Prohíben leer a los clásicos mientras hacen leer autentica basura escrita. Los textos recomendados son cada día más decadentes. Sexismo, neurosis, problemas mentales, actitudes pútridas, un mundo de clientes del submundo del psicoanalismo freudiano en todos los sitios.

La eliminación del latín es un mero ejemplo, constatado también por la minusvalía de la filosofía, de la historia del arte o la literatura cultural. El latín ha sido sistemáticamente atacado por inútil. Y claro que lo es si se lo pone al mercado como objetivo de la educación. El latín, tenía como objetivo integrar al joven con su origen cultural y lingüístico. De Grecia y del latín proviene nuestra cultura; su conocimiento básico era una forma de aprender a respetar la propia identidad. La lectura sobre los griegos era antes una formación fundamental, no por su utilidad, sino por su calidad humana.
Pero claro, que le dirá este tipo de educación a quién solo busca un puesto en el mercado laboral.

La cultura clásica, cuna de invalorables conocimientos



Por eso en algunos colegios se ha sustituido la lectura de los clásicos para leer letras de canciones de moda buscando que interese a una minoría de cretinos que jamás tendrían interés en leer a Calderón u Homero.

Es evidente que antes se había caído en un sistema educativo enciclopedista, que primaba conocimientos de memoria, masivos y poco amigables. Pero ahora se ha ido a algo mucho peor: a eliminar el conocimiento de la propia identidad cultural como pueblo, exterminar la cultura, para primar los conocimientos útiles para el mercado.

Esto es especialmente grave en la educación básica, pero alcanza de forma total a la Universidad. Cada día es más ridícula la palabra Universidad. Ahora salen técnicos universitarios que apenas saben nada, fuera de sus tecnologías concretas en su preparación. No tienen nada de universalidad en cuanto a conocimientos de categoría cultural o humana. Gran cantidad de universitarios son totalmente analfabetos fuera de tema profesional.

La base de todo este tema es que el Estado no impone la supremacía de la educación sobre el mercado, o sea de la calidad frente al utilismo, del hombre frente al profesional.
Y no lo hace, simplemente porque el Estado ha dimitido; es parte del mercado, esta a su servicio. La política esta sujeta a dominio del mercado económico financiero.



Derechos humanos y los niños reyes
“Tener derechos sin cumplir deberes; esta es la trampa para maleducar a una generación entera”

Hay una declaración de derechos humanos, pero no una de deberes humanos previos para poder ser objeto de esos derechos.
Y estos derechos los escriben en grandes letras democráticas y los enseñan a los niños desde pequeños, para después reducirlos a nada, mediante la trampa de que los derechos humanos tienen un limite: tener dinero para disfrutarlos.

Tenemos derecho a vivienda digna y a trabajo, a ser respetados y atención medica, a un retiro digno, a lo que quieras, siempre y cuando puedas pagártelo. Si no te lo pagas, serás un pobre vagabundo con “derecho” a morirte de hambre dignamente en la calle pidiendo limosna.

Pero lo peor de todo es que si eres un violador o un estafador, entonces sigues teniendo derecho a todo sin haber cumplido ningún deber.

Esto en la educación ha llevado a una situación límite realmente jocosa. Los niños son totems que no pueden ser reprimidos en modo alguno, tienen derecho a todo y además no tienen culpa de nada. La culpa es siempre de la sociedad, nunca del niño. Estos tipos de niños hacen que el ambiente de las escuelas públicas pueda ser absolutamente enrarecido, con incapacidad total del profesorado en atajar la violencia o mala educación.

En Francia, la situación es tan brutal que los colegios públicos piden protección de una policía especial para protección de zonas marcadas como guerra de bandas.






Pero no hace falta ir a casos extremos para ver la estupidez del sistema. Basta que un chico muestre una conducta mala, para fastidiar a toda una clase, pues no hay medios para atajar esa conducta. De esta manera, el niño rey es inatacable. Un chico que escupa a su profesor será llevado ante su director, que le dará un sano discurso y recomendaciones, y a lo sumo lo enviara a su casa una semana para que luego pueda volver a escupir otra vez. Un grupo de unos diez chicos con una clara mala educación pueden llegar a arruinar a un colegio público entero.

Y siempre he hablado de los colegios públicos, ya que los privados tienen la solución de expulsarlos y enviarlos al colegio público de turno, de donde no pueden ser expulsados. Es muy recomendable el dialogo y la atención con cariño, las buenas formas y el intento de hacerse entender, pero eso no está reñido con atajar de forma radical posiciones extremas de mala conducta e incluso delictivas.

El sistema educativo moderno cree que las personas nacen todas buenas e iguales, siendo luego deformadas por la sociedad en la que conviven. Por tanto se considera que el niño no es culpable de nada por si mismo. Esto es mentira, totalmente claro. Hay conductas malas que no se deben a la culpa de nadie, sino del propio niño, y hay situaciones de mala educación provocadas por el ambiente familiar, hay de todo, y cada caso debe solucionarse adecuadamente, sin usar una violencia gratuita, pero sin caer en la utopía del niño rey.

La psicología, fiel sirviente del Mercado, ha provocado la idea que con solo el dialogo del psicólogo de turno, el niño rey podrá ser reconducido por el buen camino. El mercado sonríe; los ricos pueden llevar a sus hijos a escuelas privadas orientadas a crear ejecutivos agresivos y dóciles al Mercado, y los pobres perderán todo sentido de dignidad y esfuerzo entre la mala educación; pues serán luego presa fácil de la única autoridad que se impone: la del dinero. Intenta ser mal educado en la empresa y veras como no llamaran al psicólogo ni tendrán esa comprensión dialogante de la escuela: simplemente te despedirán sin contemplaciones.



La educación como reflejo de la sociedad

Para tratar el tema de la educación es preciso antes que nada partir de una serie de bases fundamentales. Y básicamente la pregunta es ¿Para que?. Pues el resto de los problemas educacionales se justifican o no en base a la respuesta de esta pregunta previa.

Y es que la educación es ante todo una acción política de la clase dirigente, no es una actividad neutra sino una acción política radical de los que dominan el poder. Es así siempre, y además es lógico que así sea.



La educación actual es el fiel reflejo de esta sociedad
decadente, idiotizada con la basura de los medios




Debemos saber que el poder es hipócrita y trata de ocultarse bajo el disfraz de la libertad, de forma que intenta hacer creer que el sistema educativo es algo neutro, cuando en modo alguno, y menos que nunca ahora, es así.

La educación actual es un reflejo del poder mercantil del dinero y de la mentalidad progresista que forma el substrato intelectual del Mercado Usurario.


La educación como voluntad política
“Hoy en día no hay libertad sino libremercado. El poder financiero es el que marca la libertad que puede darse sin peligro para su dictadura.”

Lo primero que hay que entender perfectamente es que el sistema de educación SIEMPRE es reflejo de una voluntad política. No hay educación neutral no tiene sentido siquiera esa pretendida neutralidad.

Actualmente se define “Educar es dar unas normas de control cultural que permiten a la persona adaptarse a la sociedad en su vida posterior”. De alguna forma al educar, estamos marcando los valores que desea esa sociedad que se tengan en la futura vida social del educado. Valores que le permitirán luego evaluar la realidad exterior, y por tanto de alguna forma, educar es transmitir valores.

Aquí estamos en el núcleo del tema: Educar es SIEMPRE un problema de valores. Los vicios de una sociedad son los de su escuela, es impensable pues creer en una educación distinta a la que imponen los valores de la sociedad del momento. Pues si existe otra educación chocara inevitablemente con los poderes políticos de la sociedad imperante.

Por eso no hay actualmente ninguna escuela fascista, ni troskista o comunista radical en la sociedad progresista y liberal. Se acepta a veces que se organice un partido (no siempre, y solo en algunos países) pero no que se forme una escuela que difunda valores distintos de los ordenados por la ley, por su plan de estudios, que define los valores que deben enseñarse, y prohíbe cualquier desvió, por mucha democracia que se pretenda hacer creer. Un profesor que exponga ideas no correctas es despedido fulminantemente. No existe eso que se llama libertad de cátedra cuando lo que se propaga es algo distinto a los valores esenciales del sistema de Mercado.

No hay alternativa a la mala educación actual, pues lo que es malo, es el origen de la educación, es el sistema de valores  y el poder político que imponen esa educación, los valores mercantilistas y materialistas que dominan el mundo, el progresismo mercantilista actual.

El sistema liberal además de nefasto, es hipócrita. Este análisis del problema educativo trata de poner de manifiesto la esencia dictatorial e impositiva del sistema educativo, y demostrar como lo que se llama “democracia y liberalismo” no es más que una tiranía de los valores mercantilistas, impuestos contranatura por la fuerza y la dictadura.

El Mercado funciona porque todos asumen el beneficio, la búsqueda del mayor placer, la utilidad máxima y el coste mínimo son las reglas de oro que deben seguirse. Para servir correctamente al Mercado, la juventud debe buscar “ser útil al beneficio” y buscar “el mayor placer o bienestar propio”. Todo el sistema educativo moderno va orientado a prepararse para ser útil al mercado.


¿Quién educa?
“La familia educa por amor, los profesionales de la enseñanza por dinero. Por eso el Sistema desea eliminar a la familia”.

Otro de los grandes errores del movimiento alternativo universitario de los años 70 era pensar que la revolución educativa era un tema de la escuela y la universidad.

La educación se basa en tres grandes pilares:
  • La Famila
  • El entorno social
  • La escuela

El sistema mercantilista sabe que puede dominar mediante el dinero (su arma de poder), los dos segundos pilares, así que su mayor trabajo en el tema educativo ha sido eliminar lo más posible la influencia de la familia. Y aunque parezca mentira, actualmente la mayor fuerza educativa no está en la escuela, sino en el entorno social.

Los medios de difusión, los amigos y el ambiente social, son sin duda los grandes “educadores” del mundo moderno, y los que más se fomentan como instrumentos de influencia por parte del poder. La razón es obvia: en un Sistema de Mercado los medios “sociales” de influencia son “empresas”, y como tales se ajustan a las leyes mercantiles. O sea los medios de difusión son instrumentos dominados absolutamente por el Mercado al ser “empresas de difusión de propaganda”.

Y por otra parte los agentes sociales, son personas importantes, artistas de cine, famosos, etc. Son elegidos y seleccionados por la prensa y los medios de masas, de forma que el ambiente general de una sociedad es a la postre un producto de esa misma fuerza económica.

Nunca hasta nuestros días, las masas habían tenido como “modelos” de conducta a cantantes de “cancionetas baratas” o “actorzuelos”, pero actualmente las elites financieras han impuesto como “modelos” a gente de la farándula, a lo más bajo de la calidad humana.

Las amistades, realmente muy influyentes, son un instrumento que “retarda la aparición de cambios en el entorno social”. Eso se debe a que cuando la empresa y los medios directores del entorno social marcan el camino, influyen a favor de una tendencia nueva, hay un periodo de tiempo en el cual pese a que la clase dirigente, en este caso la oligarquía financiera, fuerza el cambio y da ejemplo de las nuevas “tendencias”, hay aún un “ambiente” entre los amigos y la gente conocida que no refleja ese cambio. Solo cuando tras algún tiempo los cambios “sociales” ya se hayan impregnado a una cantidad importante de gente, el “amigo” se convierte en un elemento más que fuerza la nueva “tendencia”, pues aquellos que se resistan a ella quedarán “fuera de onda” con sus amigos, y serán considerados como “pocos amigables” por el ambiente.

Las nuevas tendencias: “Si no seguís este
camino, no existís”


La escuela era en los años 60 un instrumento más complejo de dominar, al ser en esos años un instrumento “estatal” dominado por un profesorado funcionarial independiente  y por los colegios de la iglesia.

Por ello la mayor reforma educativa de la democracia ha sido convertir la escuela en “empresa”, eliminando su carácter “nacional y estatal”, incluso en la escuela pública, de igual forma que la Banca pública actual se comporta como un banco privado de propiedad pública.

Lo que importaba es eliminar el carácter de educación popular, estatal, dirigida y controlada por un objetivo político puro, pues la “política pura” del Sistema actual es el Mercado, o sea eliminar “lo político” y ponerlo al servicio de lo económico. Por ello las escuelas, como los periódicos o las televisiones, deben convertirse en “empresas” para ser dóciles al Mercado.

La familia es sin dudas el enemigo principal del Sistema. No es “comprable”, no es asimilable a una  empresa, no se basa en el interés, sino en el amor.
La familia es un pésimo negocio, nadie monta una familia por interés ni para enriquecerse. Tener hijos no es rentable. El amor y el desinterés personal es evidente en una familia.

Incluso cuando los padres están imbuidos de la mentalidad mercantilista, de forma inconsciente, su influencia en los hijos tiene un componente “natural”, no estupidizada, producto directo del amor y el desinterés.
La familia es pues, un enemigo irreconciliable de los manejos usurarios y mercantilistas. La familia debe ser destruida desde su raíz, y está es la etapa actual de lucha del Sistema. No lo ha conseguido del todo, pero está plantando las bases de su destrucción.

La primera andanada contra la familia es destruir su “tiempo familiar”, reducir hasta la nulidad el tiempo que los padres y abuelos tienen y dedican a sus hijos. El trabajo de ambos cónyuges y la intrusión de la televisión como “guardería infantil dentro de la casa” son las armas fundamentales que hacen posible que unos padres actuales dediquen una centésima parte del tiempo que antes se dedicaba a los hijos.


El instrumento más perfecto de adoctrinamiento
y estupidización masiva


La progresiva individualización hace además que los abuelos y resto de la familia se considere “extraña”, perdiéndose en gran parte la concepción global familiar, de forma que el “ambiente familiar” se reduce al hogar paterno, y solo a poco tiempo diario.

Este paso ya está dado con total éxito por parte del Sistema. La influencia de la familia en la educación ha disminuido de forma absoluta con esa pérdida de tiempo dedicado.

La segunda andanada es la falta de autoridad moral, de “voluntad educativa” que trata de imponerse a los padres, de forma que los padres se les considere “no adecuados” para la educación, y se fomente que está recaiga en elementos externos a la familia. Se pretende
limitar la capacidad educativa de los padres mediante una concepción “profesional” de la educación, influyendo en limitar la potestad paterna de educar, su autoridad y el valor de esa educación natural.

Y el tercer bloque de ataque es el que pretende destruir la base misma de la familia mediante la vulgarización del divorcio y las separaciones, la destrucción de la unidad familiar y la equiparación de la familia como una “mera unión circunstancial”. Eliminar el compromiso de vida en común y de “labor colectiva” de sus miembros, para reducir todo a una convivencia en búsqueda del placer y la conveniencia.

En realidad el Mercado desea convertir a la familia en una mera “reproductora de hijos” que luego dejan en manos de “profesionales”, para dedicarse cada parte del matrimonio a su “felicidad personal”, y a trabajar lo más posible en pos del dinero.

Lo grave no es que las madres trabajen, lo grave es que PREFIEREN trabajar que ha cuidar de sus hijos. Consideran su trabajo asalariado la fuente de su realización, y los hijos un mero pasatiempos, un deber que fastidia pero que se hace, de forma que se invierte el valor natural de las cosas. Se trabaja porque se desea. Se cuida a los hijos porque no queda más remedio.

De todo esto sale la conclusión de que la juventud cada día cae más bajo la responsabilidad de “profesionales”. Profesionales de la comunicación de los medios de masas, profesionales de las escuelas. Y los “profesionales” están bajo el mando del Mercado, pues la profesión no es más que trabajar para alguien que da un dinero, es una empresa y como tal depende del Mercado.


El descalabro educativo
“Ya sería mucho si en nuestro tiempo alguien se acordase de la palabra mierda”    L. F. Celine

Todo el sistema de valores se descalabró entre los años 60 y 70, y la educación no iba a ser menos.
Y la locura se instauró, como método de ruptura con la naturalidad. Lo mismo pasó con el arte o con la economía, exactamente de la misma forma, producto de un plan perfectamente llevado a cabo para destruir la base natural y racional de la vida.


Estas porquerías denominadas “arte”, son propias
de una criatura de dos años que empieza hacer
sus primeros garabatos


En esos años se efectuaron exposiciones a base de “calzoncillos cagados” puestos en un marco; si los críticos de arte aplaudían que un “pianista” efectuase un “concierto” con una maza dando golpes sobre un piano, si los economistas planificaron que la deuda pública y externa pasase de casi cero a miles de millones de dólares sin que nadie se escandalizase, no podría ser menos la educación; En Italia se obligaba a los profesores a escuchar “clases” dadas por sus alumnos, los educadores marxistas occidentales establecían que el “orgasmo” es la base de la educación revolucionaria y establecían clases de sexo a base de enseñar a masturbarse a chicos y a chicas. Mao puso en marcha una revolución educativa a base de que los alumnos golpeaban a sus profesores y los hacían pasear por las calles con gorros repletos de insultos a la autoridad.

Durante esos años se implantó en los medios dirigentes liberales y marxistas la idea de una educación anarquista, que destruyese todo tipo de autoridad y de naturalidad, destruyese toda cultura occidental clásica y se enfrentase a la vida natural familiar.

El resultado de todos esos años de descalabro en todos los aspectos fue el deseado; la perdida del sentido y equilibrio entre la gente. Las familias se imbuyeron de la idea de que “todo era posible”, las locuras más absolutas eran aplaudidas y mostradas como ejemplos y como “progreso”, de forma que perdieron la capacidad de juicio propio, y se empezaron a imbuir de una idea fundamental para el éxito del Sistema: el arte, la educación y la economía son temas muy complicados que hay que dejar en manos de los especialistas, los demás “no entendemos” y somos unos ignorantes. En una palabra, eliminar “el sentido común” y sustituirlo por la “opinión de expertos”. Expertos que por supuesto serán comprados a buen precio por el Sistema, y que además son seleccionados entre auténticos cretinos y neuróticos.


En nuestro país, también hemos tenido grandes exponentes
de lo absurdo y el arte “basura”


Instituto Di Tella, celebre en los 60 acá en Argentina.
Bastión de la mamarrachada cultural


Una pleyade de psicoanalistas y de frustrados aprendieron a escribir las chorradas más inusitadas para aplaudir las medidas absurdas que se proponían en educación o considerar geniales un montón de latas de cervezas viejas como obra de arte.

Es importante aprender que esas locuras fueron apoyadas sobretodo por el marxismo occidental, pero aceptadas de buen grado, y financiadas por la derecha financiera.

Tras unos años de neurosis, tras convertir las Universidades en manicomios y obligar a que se enseñasen las burradas más increíbles, tanto en temas sexistas como en artísticos, tras descalabrar todo sentido de autoridad y de respeto, la propia anarquía se autodestruyo, y de esa oruga salió la “mariposa” que era su sucesora lógica: “el progresismo capitalista educativo” actual.


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