El Catafracto

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viernes, 25 de noviembre de 2011

Libros: Años Decisivos - Oswald Spengler - Parte IV

Esta es la última parte de los grandes parrafos pertenecientes a la gran obra de Oswald Spengler. Hay muchisimo para sacar de este gran libro, pero el nulo tiempo libre del que dispongo, me impide poder seguir sacando material. Probablemente saque algo más pero en otra oportunidad, ya que no tiene desperdicio tan buen material, ya que permite comprender muchas cosas vitales para comprender hacia donde va el mundo de hoy.

También les dejo el enlace para que puedan leer este interesante libro.

http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Spengler_Oswald/AniosDecisivos.htm

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(..) esta sociedad, está enferma; enferma en sus instintos y por eso también en su espíritu. No se defiende. Halla gusto en su escarnio y en su descomposición. Se descompone cada vez más desde mediados del siglo XVIII en círculos liberales y luego, contradictoriamente y en desesperado rechazo, en círculos conservadores. Por un lado, hay un escaso número de hombres que, merced a un seguro instinto de la realidad política, ve lo que sucede y la dirección que se ha tomado. Estos hombres intentan impedir, mitigar y desviar. Son personalidades similares a los del círculo de los Escipiones en Roma cuyas opiniones le sirvieron de base a Polibio para su obra histórica: Burke, Pitt, Wellington y Disraeli en Inglaterra; Metternich y Hegel y después Bismarck en Alemania; Tocqueville en Francia. Intentaron defender los poderes conservadores de la antigua cultura: el Estado; la monarquía, el ejército, la conciencia de pertenencia a un estamento, la propiedad y a la clase campesina, incluso en lo que tenían de objetables. Por eso son difamados hoy como «reaccionarios»; una palabra que fue inventada por los liberales y hoy les es aplicada a ellos por sus discípulos marxistas desde que intentan impedir las últimas consecuencias de sus actos.

Que la sociedad esta enferma, creo que hoy nadie lo pone en duda. Hay que darse cuenta que este proceso ha sido tan gradual y tan preciso en sus distintas facetas, que con el correr de los años, la decadencia y la vulgaridad de la sociedad llego a niveles realmente alarmantes.




(.. )el periodismo es elevado a la categoría de expresión dominante de la época. Es el espirit crítico (..) aguado y rebajado para uso de los intelectualmente mediocres. (..) El drama, la lírica, la filosofía y hasta las ciencias naturales y la historia ? se convierten en artículos de fondo y folletones exageradamente tendenciosos contra todo lo que es conservador y alguna vez inspiró respeto.

En la época de Spengler, y aún más atrás en el tiempo, tanto el periodismo como otras ramas del arte y del saber, han sido bastardeadas en pos de algún contenido tendencioso. Hoy los medios en su totalidad poseen un contenido tan corrosivo y en ocasiones tan sutil, que es muy difícil detectar sus “ataques”. Libros y obras teatrales que parecen inocentes no suelen ser tales. Solo las “almas más despiertas y puras” advierten el peligro y saben que el mismo lleva consigo oculto la fatalidad de algún oscuro designio. Y no se equivocan.



Sólo el trabajo medido por horas se considera ya como tal. Y «el trabajador» es, simultáneamente, el pobre y el desgraciado, el desheredado, el hambriento y el explotado. Sólo a él se le aplican las palabras «trabajo» y «miseria». Nadie piensa ya en los campesinos de las regiones poco fértiles, en sus malas cosechas, en los peligros del granizo y las heladas, en la preocupación por la venta de sus productos, ni en la vida miserable de los artesanos pobres de las grandes zonas industriales, ni en las tragedias de los pequeños comerciantes, los pescadores, los inventores y los médicos, en todos los que tienen que luchar entre peligros y angustias por cada bocado del pan cotidiano y sucumben de a millares sin que nadie lo advierta. Sólo «el trabajador» halla compasión.

El trabajador se ha convertido en un medio, y este es meramente funcional a un movimiento sectario, más conocido por todos como los “sindicatos”.  El “Trabajador” es considerado como tal, según Spengler de una forma muy particular. Esa particularidad, sin duda alguna, es la que dicho “trabajador” dispone cuando goza de ciertos beneficios que solo un sindico puede aportar.

En Argentina, este conglomerado de mafiosos siempre se ha manejado en sintonía fina con los gobiernos, los cuales son los que manejan toda la tranza.

¿Usted puede entender realmente como puede ser que un barrendero gane un minimo de $10.000 por mes; cuando un empleado promedio esta ganando poco menos de la mitad?. Los sindicatos han logrado esto. No hay nada que reprochar a tan noble trabajo, pero es increíble que un técnico calificado o un docente gane menos dinero que un barrendero.

Sólo «el trabajador» halla compasión - siempre y cuando este bien representado por su sindicato.



(..) se olvida la honda diferencia que existe entre religión e Iglesia. Religión es la relación personal con los poderes del mundo circundante, tal como se expresa en la concepción del universo, las costumbres piadosas y la conducta austera. Una Iglesia es la organización del sacerdocio que lucha por su poder terrenal.

Como es habitual en Spengler, sus palabras siempre están llenas de agria dureza. El poder terrenal de la iglesia catolica es una realidad y la separación que hace el filosofo respecto a lo que es la religión, es totalmente correcta.



«Mi reino no es de este mundo» es el principio más profundo de toda religión; y toda Iglesia lo traiciona.

Contundente. Frase perteneciente a nuestro salvador Jesucristo. Es una frase corta, pero de enorme contenido teologico. Spengler cree observar que el catolicismo como institución, traiciona el principio enunciado por Jesús. No tengo dudas que así lo es. No hay más que investigar y estudiar la historia de las cruzadas y la inquisición para poder comprender cabalmente toda la miseria y maldad de esta institución netamente satanica.


(..) la política de las Iglesias envejecidas, por más conservadoras que sean en cuanto a si mismas, está siempre tentada de hacerse liberal, demócrata y socialista en lo que al Estado y a la sociedad se refiere, esto es, de actuar en forma niveladora y destructora ni bien se inicia la lucha entre la tradición y la plebe.

Seguimos con más aciertos del estadista y filosofo alemán. La doctrina de la iglesia catolica muchas veces fue virando hacia una vertiente más demagogica.



A partir de 1815 el sacerdote cristiano se va haciendo demócrata, socialista y hombre de partido con una frecuencia cada vez mayor. Como instituciones, el luteranismo, que apenas es una Iglesia, y el puritanismo, que no lo es en absoluto, no han hecho política destructora. El pastor individual se metió en «el pueblo» o en el partido obrero a título personal, habló en las reuniones electorales y en los parlamentos, escribió sobre cuestiones «sociales» y terminó siendo demagogo y marxista. En cambio, el sacerdote católico, que tenía vínculos institucionales más fuertes, arrastró tras de sí a la Iglesia por ese camino. La Iglesia quedó enredada en la agitación de los partidos; primero como medio eficaz y, por último, como víctima de esta política.

Un ejemplo muy claro de esto, acá en America, ha sido el movimiento llamado "Teología de la Liberación". El marxismo ateo y nihilista, inteligentemente se apropio de una importante parte de lo que era el catolicismo por esas tierras (nada de esto fue al azar, ya que todo estuvo efectuado de manera premeditada). Una parte importante de esto, la tuvieron algunos jesuitas (otra rama oculta de la masonería ¡aunque no lo crea!), los cuales propagaron esta nueva corriente.
Sin duda alguna, más allá de la supuesta revindicación del hombre y sus "derechos", esta doctrina fue un claro medio con un fin politico. "El fin justifica los medios" - según Maquiavelo.




3 comentarios:

  1. JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. La importancia capital de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para darnos cuenta el fatal error que cometió Pablo en sus epístolas al cercenar la naturaleza humana de Cristo; cegando a la humanidad de la posibilidad de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos; y de la urgente necesidad de corregir la doctrina de la Iglesia formulando un nuevo cristianismo que no omita sino que acentué la trascendencia humana de Cristo que es su cualidad espiritual más importante para la humanidad, a fin de que el cristianismo afronte con éxito los retos y amenazas del Islam, el judaísmo, las corrientes de la nueva Era y la modernidad. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO

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  2. Saludos, yo sigo también a Spengler desde 2004, practicamente he leido ya la Decadencia de Occidente,
    Creo que se debe leer cuidadosamente a Spengler, y él nos enseña a leer cuidadosamente lo demás, creo que su idea de Cultura es semejante al Otro de Lacan, y al "alma" de Foucault, ¿cómo es que el Lenguaje de la cultura nos usa para hablar?¿qué significa la civilización?
    Más que una restauración, lo que Spengler dice es que no hay remedio, pero, nosotros todavia podemos preguntarnos ¿Por qué existen culturas?

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  3. Me ha encantado leerte y descubrir a Spengler... saludos

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